jueves, 24 de junio de 2010

Basta ya! NO a la Violencia

No se puede ignorar y dejar de pensar en el dolor indescriptible y la agobiante desesperanza que las madres de las víctimas del inadmisible crimen del bus de Mejicanos están viviendo, y lo que resta de vida no podrá jamás ser igual… la perdida de un hijo(a) es una pena devastadora, y peor aún cuando es el resultado de una violencia inaudita, fuera de límites, sin sentido. El peso de esta pena se acompaña de un sentimiento de gran injusticia, la pregunta que no te deja dormir y constantemente reviene es ¿porqué, mi niño, mi niña…porqué? y se vuelve insostenible cuando la gente trata de consolarte diciéndote de buena fé: “Dios los llamo”, o porque “Dios así lo quiso”…. Y un sentimiento de rebeldía, de suprema indignación se despierta, y solamente la búsqueda de justicia, de reparación a ese crimen, es el sostén para continuar a vivir. Nuestros hija(o)s no volverán a la vida pero la iniquidad del crimen no se quedará sin castigo, los asesinos no seguirán dejando a otras madres sin hijos, y la impunidad no servirá de ejemplo a otros. Y por último se espera que los criminales sean rehabilitados purgando su pena en la cárcel. Así sería la reflexión en un país con ética, y justicia criminal según el ensayo “De Delitos y de Penas” de Cesare Beccaria (1738- 1794)

Desventuradamente este no es el caso de El Salvador, en donde el nivel de violencia ha depasado la cordura, los derechos humanos se quedan en discursos y en papeles, y la impunidad ha alcanzado niveles desvergonzados. La situación socio política del país es de una complejidad, y de una historia plagada de violencias, flagrantes violaciones a los derechos humanos y crímenes sin castigo.

Traemos a espaldas el oprobio de la masacre del 32, siguen la década de los 70 la represión, aniquilación y desaparición de obreros, estudiantes, maestros y campesinos por el gobierno, los militares, y escuadrones de la muerte. Durante la guerra civil de los 80, el secuestro de alcaldes, y los ajusticiamientos de sus propios miembros por parte de la guerrilla. Y desde mediados de los 90 el fenómeno de las Maras y la violencia juvenil, para la cual el gobierno de Arena aplicó como remedio una política de represión contra los jóvenes con la “Mano Dura”, extendiendo irresponsablemente una segunda “Super Mano Dura” , que en retrospectiva no hizo más que galvanizar dicho fenómeno.

El problema de la violencia como ya lo dije, no es nuevo en El Salvador, y tampoco es el único país con el problema de la violencia juvenil. Pero las particularidades del desarrollo social, y la historia política, han hecho al país vulnerable a la envestida de los intereses del crimen organizado y el narcotráfico, quienes buscan convertir Centro América en un puente entre México y Colombia, para sus negocios sucios.

En la realidad salvadoreña están presentes la desigualdad socio económica, la pobreza, la falta de oportunidades de educación para jóvenes de escasos recursos, la falta de empleo, un flujo migratorio que deja familias sin cabeza solamente con hijos y abuelos, un sistema judiciario deficiente frente a la realidad sobrepasado por el volumen de crímenes cometidos, la corrupción y la impunidad rampante. Además las secuelas de una guerra civil que dejaron cicatrices en la psique de la población, y en el tejido social, la imposibilidad de sanar de estas heridas a través del rendimiento de la justicia, debido al pacto de amnistía, parte de los acuerdos de paz del 92.

Los primeros miembros de Maras llegaron al país inmediatamente después de los acuerdos de paz, deportados por el gobierno de Estados Unidos, que irresponsablemente vaciaron sus cárceles de jóvenes criminales, miembros de las pandillas locales de Los Angeles, hijos de la diáspora salvadoreña de refugiados de la represión y la guerra de los ochentas. Enviándoles a un país recientemente salido de la guerra, con instituciones quebrantadas, con las fuerzas militares y la guerrilla en plena purga y reorganización, con una historia de violencia y violación de los derechos humanos, y con armas de fuego por doquier. Sin prevenir al gobierno de esa época, ni a ninguna fuerza política, ni social del caso judiciario de los deportados. Los cuales se encontraron asimismo en un país que no tenia absolutamente nada que ofrecerles en términos de inserción.

A principios del siglo XXI la globalización bate en pleno fuero, la migración continua hacia el norte, y los jóvenes salvadoreños habitantes de las municipalidades de suburbios pobres, tienen un nuevo modelo para emular, el “Homi” y la “Honger”, a falta de otros. Jóvenes sin acceso a educación, ni guía, sin recursos, con la naturaleza rebelde propia de la adolescencia que no tiene otras formas de manifestarse, les hace asequibles a la atracción que ejerce, el estilo de vida que conlleva la obtención fácil de objetos materiales, la aceptación y pertenencia a un grupo, la admiración y el respeto de los más jóvenes y débiles, la capacidad de infundir miedo, de cometer crímenes y asesinatos sin repercusiones, con impunidad. Diez años más tarde, las cárceles están que estallan con más de 23,000 prisioneros, con 8 de cada diez extorsiones ordenadas desde las cárceles, con un promedio de 15 muertos por día.

Actualmente se encuentran presentes otros agentes que contribuyen a la violencia y se benefician de ella, criminales locales, y grupos de exterminio, que se denominan vigilantes. Y más grave aún, la seguridad ya no es un derecho ciudadano, sino una mercancía, a la que tienen acceso solamente las colonias y los negocios que pueden pagar a una agencia de seguridad privada, por un vigilante 24 horas al día, y un portón de hierro.

La inseguridad que reina, ha sido una cuestión de tiempo debido a la irresponsabilidad, y falta de perspectiva, de los sucesivos gobiernos de Arena de los últimos 20 años, de llevar a cabo políticas efectivas para erradicar la pobreza, y la inseguridad. Este concurso de circunstancias y acontecimientos ha hecho que el país sea terreno fértil para el desarrollo y la perpetuación de la violencia.

La situación de violencia e inseguridad en El Salvador por su complejidad y gravedad, demanda no una única solución, tampoco dependen de un solo ente.

Requiere aproximaciones variadas, originales de parte los diferentes sectores de la sociedad. Se necesita de un plan con soluciones a largo, corto y mediano plazo, en un trabajo sostenido, y consecuente del gobierno en colaboración con organizaciones non gubernamentales trabajando ya en el problema, y con organizaciones comunitarias en particular, incluyendo a la sociedad civil. Que los partidos políticos no hagan uso de este serio problema con fines partidistas y políticos; que los diputados electos trabajen de par con el gobierno para buscar soluciones al asunto, es el pueblo quien les ha elegido para que trabajen desde la Asamblea Legislativa en pro de los intereses de los ciudadanos. Que se exija de los ministros del gabinete concernidos, un plan de trabajo conjunto con objetivos definidos, y una sistema de evaluación que rinda cuenta de los resultados periódicamente. Que las numerosas asociaciones nacionales y de cooperación internacional presentes en el país, se pronuncien y hagan un llamado para un dialogo a nivel nacional, en un Forum Nacional de No a la violencia, que incluya a todos los sectores de la sociedad salvadoreña, las entidades del gobierno, la policía, las instituciones non gubernamentales, los jóvenes de las comunidades en alto riesgo, las familias de las victimas y las familias de los pandilleros. Invitando en un asegunda fase a organizaciones de otros países, (México, Brazil, Estados Unidos) que están también trabajando con jóvenes en programas de rehabilitación y prevención, para que compartan sus experiencias, en logros y en fracasos.

Es tiempo de preguntarse todos, como madres, padres, hijos, hermanos, compañeros, abuelos y como ciudadanos ¿Que hacemos?

La vida, bienestar y educación de nuestros hijo(a)s es nuestra responsabilidad, no podemos permitir que sus vidas se vuelvan dispensables, que sean victimas y victimarios usados por la violencia de las Maras y el crimen organizado como soldados para obtener sus fines.

El problema es de todos, el futuro del país esta en peligro, tal cual Cronos devorando a sus hijos, la violencia esta devorando a nuestra progenitura.

Durante su campaña Mauricio repetía esta frase, la cual quiero retomar y hacer eco: “A El Salvador lo salvamos todos”.

Solidariamente.


lunes, 8 de junio de 2009

Modelo de Gestión Artística

El critico inglés John Ruskin (1819-1900) escribe: “Grandes naciones escriben sus autobiografías en tres manuscritos: el libro de sus hechos, el libro de sus palabras, y el libro de su arte. Ninguno de estos libros puede ser comprendido sin haber leído los otros dos, pero de los tres el único digno de confianza es el último.”  Kenneth Clark (1903-1983) historiador del arte elabora: “políticos y escritores pueden expresar todo tipo de sentimientos edificantes, pero es lo que llamamos una declaración de intención. Si tengo que escoger quien expresa la verdad sobre la sociedad, entre un discurso del ministro de vivienda o el real edificio construido bajo su mandato, creo que es el edificio”.

Parece que en El Salvador ha llegado finalmente el momento de apertura que  permitirá escribir el libro de la civilización salvadoreña, a través del apoyo a la creación artística y la conservación y difusión del patrimonio cultural y artístico.

El arte y la cultura la hacen los artistas, no las instituciones; el rol de una institución dedicada a este fin es el de ayudar y fomentar la creación artística a traves de una gestión eficaz y transparente.  En la era del cambio se puede comenzar por una auditoria de Concultura: finanzas y programas, lo que funciona y lo que no funcionó durante los  pasados 10 años y particularmente durante el último gobierno.

De par con un análisis de las necesidades de las diferentes constituencias artísticas y del actual panorama artístico y cultural del país. A partir de este análisis se recomendaría la creación de una institución que sea capaz de solventar los problemas identificados y asegurar una continuidad en su funcionamiento. La institución no merita ser un ministerio que demanda una estructura administrativa compleja, no hay en El Salvador el número de instituciones y población que tiene Francia por ejemplo que mantiene una vasta administración la cual requiere un ministerio de cultura. Para comenzar a experimentar con un modelo que obedezca a la realidad salvadoreña, se requiere una institución manejable y flexible. Los principios de un exitosa gestión, incluyendo la del arte, comienza por el uso del presupuesto: 20 % para gastos administrativos y salarios; 80% para los programas impulsados.

Lo importante en la creación de esta institución es definir la “misión”, y visión de está, articulada a través de programas con objetivos claros, y con un sistema de medidas, estadísticas y reportes que permitan evaluar paso a paso si se están alcanzando los objetivos o se necesitan ajustes, o cambios en los programas y servicios. A continuación algunas ideas y sugerencias que pueden servir de base para comenzar a trabajar en un plan.

Misión

Salvaguardar  el patrimonio artístico y cultural y apoyar y fomentar una continúa creación artística. 

Programas:

1- Apoyo a la creación artística:

Destinar fondos administrados a traves de: becas, fellowships, talleres, fondos especificos para artistas consumados y para jóvenes artistas emergentes. Comisionar obras de arte de artistas salvadoreños.

2 -Elaborar leyes y políticas de apoyo al arte y la cultura:

participar en Ibermedia y otros tratados internacionales; dar créditos en los impuestos a compañias que apoyen la creación artística a través de comisiones, y exposiciones con un limite (cap) por año. La creación de una ley que creé un fondo de jubilación para los artistas ejerciéndose como tal a tiempo completo. Un corte en los impuestos con limite para los artistas viviendo de su arte exclusivamente. Establecer una cuota para que las instituciones privadas empleen artistas nacionales en preferencia a artistas internacionales. Un proyecto de ley que impulse la enseñanza de las artes desde la escuela parvularia hasta bachillerato.

3 –La difusión del arte y la cultura: 

A través de exposiciones, publicaciones, debates, y la enseñanza del arte. Trabajar de cerca con casas de la cultura y otras instituciones culturales a nivel loca y nacional, abrir un fondo de subvenciones para la difusión en la cual todas las instituciones somentan su plan de trabajo y presupuesto anual.

Subvencionar un número de exposiciones, conciertos, publicaciones, debates etc, anualmente bajo contrato.

Subvencionar la enseñanza artística a nivel local, a través de talleres, y educación continua con programas después de la escuela y durante las vacaciones, trabjando en acuerdo con el ministerio de educación.

Promover la difusión de artistas salvadoreños en el extranjero trabajando de par con el ministerio de relaciones exteriores y embajadas acreditadas en el país, con una cuota anual y bajo concurso. Apoyo a la creación de gremios por disciplina artística. La creación de un directorio nacional de artistas en todas las disciplinas, accesible para consultar en el web.

Educar a la población en general en la apreciación del arte y la cultura, a través de eventos diseñados específicamente por aréas: niñez, juveniles, y de la tercera edad. Otra aspecto de la educación sobre la apreciación es educar a la población, ofreciéndole al público acceso a “diferente precios” dependiendo de la capacidad económica, pero hacer pagar al público en general, pues si pagan un dólar por un DVD pirateado porque no pagar un dólar para apoyar al arte y a la cultura nacional.

Estructura

Luego de establecer la misión, visión y programas,  se define la estructura de la organización, ya sea por departamentos, disciplinas, etc., la que sea más adecuada para una administración eficaz, transparente participativa y evitando un alto costo en salarios y gastos burocráticos dentro del presupuesto.

Existe una red de casas de la cultura y otras instituciones de mediana y pequeña talla que pueden ser la base para el desarrollo de los programas, hay que tener cuidado de no malgastar recursos, cuando se puede construir sobre lo que ya se tiene, mejorando en las áreas administrativas y de contenido de programas.  Incluir un plan a largo plazo de proveer una formación especializada en gestión de instituciones artísticas, para asegurar una continuación en la buena administración.

Estamos viviendo tiempos difíciles y cruciales en los cuales más que nunca se necesitan la creatividad y colaboración de la comunidad de artistas para crear instituciones y sistemas que florezcan en el futuro. Como bien lo dice Mauricio “… a El Salvador lo salvamos todos”.

 

Marlene Velasco Bégué, productora y consultante internacional de medios, documentales y TV. www.linktv.org/latinpulse; mvelascobegue.wordpress.com.